"...Pensé en que hay puertas que no querría abrir para no sacar cosas de adentro. Pero hay mucho y si no lo veo ¿cómo sabré que dejar?..."
A partir de un trabajo iniciado el año pasado sobre la idea de "vuelta o rodeo", en mayo de este año conseguí que la Municipalidad de Toay -mi pueblo de origen- me diese fecha para exponer en la Casa Museo Olga Orozco. Ésta es la casa natal de la poetisa, que se conserva como patrimonio provincial y municipal, y que alberga como artículos museísticos fundamentales 4000 ejemplares de libros y 2000 ejemplares de revistas pertenecientes a su biblioteca personal, que pueden ser consultados in situ.
La fecha propuesta fue para octubre, cuando aún el Proyecto la Mansión no había cobrado forma ni dimensión, pero que iba camino a concretarse maravillosamente. Cuando por fin fijamos fechas, la elección de septiembre para mi muestra individual en el contexto del proyecto implicó que todo lo que venía trabajando para Toay tuviese lugar primero en mi casa, en La Mansión Popular de Flores, estableciendo un diálogo necesario entre ambas muestras: entre una casa particular y una Casa Museo, entre una biblioteca personal y otra biblioteca personal, entre objetos mudados y objetos permanentes, entre la Ciudad de Buenos Aires y la de Toay; entre lo que se copia, lo que se duplica y lo que se transporta.
Entre lo que se lleva y lo que se deja.
Entre “Mi casa es mucho más que mi casa” y “Tu casa es mucho más que tu casa”.
Estas son algunas imágenes de la muestra que se inauguró el 10 de Octubre en mi pueblo pampeano, en la "Casa de Olga" , y el texto que para la ocasión quiso escribir Gabriela Larrañaga.
María Eva Dolard
Fotografías: Sebastián Munin Prado, Nelson De Fontaines, Ana Abbate, Bruno Rota y María Eva Dolard
“Tu casa es mucho más que tu casa”*
Mi reencuentro hace dos años con María Eva Dolard también fue una vuelta, un volver a vernos después de un tiempo, de un giro de experiencias.
Un ciclo de diez años deja huellas y habilita a nuevas transformaciones. El rodeo o vuelta permite una nueva lectura, un entendimiento mayor, una posibilidad de re-visión, de re-lectura.
Esta experiencia de trabajo y diálogo me permite aseverar que Eva se encuentra en un proceso de gran reflexión sobre si misma. Arte y vida se condensan en sus prácticas cotidianas y artísticas.
En su hacer y pensar despliega su enorme capacidad de revisar, de intentar hurgar en lo mas profundo de su memoria. Tarea siempre inconclusa, por eso será que como artista investiga en los anaqueles de su imaginaria y siempre floreciente biblioteca. Esta es el corazón de su casa, casa nueva, abierta al encuentro con los otros para hallarse consigo misma.
Su propia casa -como su nombre propio- le permite y nos permite como espectadores de su producción artística dar nuevos sentidos. Como obra múltiple, la casa es de ella y de Olga Orozco, de nosotros, ¿pero de quien es?, ¿de Eva mítica? ¿ de María Madre? ¿de María Eva artista?…Todas son copias fieles de si misma.
Eva dice en sus prolíficos escritos “…pensar casa como espacio de sociabilización, de encuentro, de comodidad, de afecto, de protección, de disputas, de pelea, de confrontación, también como lugar de ensayo en donde ejercito…”
Es así que nos ofreció en una primera instancia la apertura de su nueva casa como acto de muestra inaugural. Desde siempre parece ser que su casa y sus casitas de juego en la infancia son el soporte de experiencias de creación y reflexión junto a los otros.
Este año Eva volvió a abrir su casa para el Proyecto La Mansión en un acto tan abierto como generoso, para dejarse interpelar y experimentar junto a otros artistas.
En “Mi casa es mucho mas que mi casa” (Mansión Popular de Flores), Eva se muda, como la piel, realiza una operación de mudanza interna, establece una serie de obras in-situ para interrogarse sobre su propia historia. Por eso la insistencia y diversidad de su producción visual, en donde el espacio interpelado se presenta como hipertexto.
Su obra crece en red, se multiplica, adquiere nuevos sentidos y rumbos: del texto al viaje, de la imagen publicitaria y el slogan a la película de Greenaway, del dibujo en el espejo del baño al paisaje de la biblioteca, del video a la albañilería para reparar el pasillo; de “Venezia” al audio de la lectura en voz alta del ensayo de Bunz, del transporte de objetos de la cocina al comedor, a la encomienda que los enviará desde Buenos Aires hacia La Pampa. Como dice una canción “la historia es una red y no una vía...”
Como parte de las cualidades del espacio, la muestra presenta un suceso: la casa da signos de una enigmática torsión, como en “Alicia tras el espejo” de L.Carroll somos conducidos de una casa a la otra iniciando así un diálogo en construcción.
El nuevo viaje es hacia la ciudad de Toay que las ciencias del nombrar traducen de las lenguas originarias como rodeo, vuelta.
Otro giro para Eva y su obra que permite un nuevo y desconocido intento de réplica.
La relectura de un sitio amable y desconocido al que se va, como a una biblioteca, a reconocer, descubrir y alimentarse.
Un acto repetido, como tantas veces viajado, pero con la asombrosa cualidad de que esta vez “Tu Casa es mucho mas que tu casa” (Casa Museo de Olga Orozco) permite creer -a través de un gesto artístico- que estamos frente a un original.
Eva resuelve en pleno tránsito una vieja dicotomía con la complicidad del rodeo. La acción sobre el saber de su origen.
Sin dudas y oliendo el viento nos promete en esta nueva muestra, que como el acto de copiar, que se vuelve una nueva forma de transporte, este viaje ya no tiene el significado de abandonar un sitio. Eva se pregunta sobre si lo que se lleva y lo que se deja habitan en el mismo lugar. Eso animará a los visitantes de la Casa a proponerle con su lectura una vuelta más.
Gabriela Larrañaga
*Texto de Gabriela Larrañaga sobre la exposición de María Eva Dolard en Casa Museo Olga Orozco.
Buenos Aires, Octubre de 2009
No comments:
Post a Comment